Según la
Enciclopedia libre(Wikipedia), La contaminación visual es un
tipo de contaminación que parte de todo aquello que afecte o perturbe la visualización
de sitio alguno o rompan la estética de una zona o paisaje,
y que puede incluso llegar a afectar a la salud de
los individuos o zona donde se produzca el impacto ambiental. La contaminación visual también se refiere a los carteles de
publicidad.
Se refiere al
abuso de ciertos elementos “no arquitectónicos” que alteran la estética, la
imagen del paisaje tanto rural como urbano, y que generan, a menudo, una sobre
estimulación visual agresiva, invasiva y simultánea. Dichos elementos pueden
ser carteles, cables, chimeneas, antenas, postes y otros elementos, que no
provocan contaminación de por sí; pero mediante la manipulación indiscriminada
del hombre (tamaño, orden, distribución) se convierten en agentes
contaminantes. La cartelera publicitaria es el agente más notorio por su
impacto inmediato, creando una sobre estimulación en el ser humano mediante la
información indiscriminada, y los múltiples mensajes que invaden la mirada. Así
el hombre percibe un ambiente caótico y de confusión que lo excita y estimula,
provocándole una ansiedad momentánea mientras dura el estímulo.
La
simultaneidad de estos estímulos a la que se ven sometidos, por ejemplo, los
automovilistas, pueden llegar a transformarse en disparadores de accidentes de
tránsito. Dado que pueden llegar a generar distracción, e incluso a
imposibilitar la percepción de las señales indicadoras de tránsito. Esta
situación, inevitablemente, actúa también en detrimento de los mismos medios de
comunicación, mimetizando los diferentes signos y señales a que se somete a los
individuos, camuflándose mutuamente y perdiendo fuerza la clara lectura del
mensaje.
Pero estos
agentes también afectan notoriamente al espacio físico. Se ven así fachadas
destruidas u ocultas por la superposición de carteles, estructuras metálicas y
chimeneas. La arquitectura aparece desvalorizada y miniaturizada. El cielo
oculto por cables y antenas. El espacio público desvirtuado e invadido por
postes, sostenes de carteles, refugios; el tránsito peatonal entorpecido; y la
vegetación destruida. Este panorama es terriblemente agresivo para el hombre
común, imaginemos cuánto lo es para un discapacitado, niño o
anciano. Esta situación
no sólo atenta contrala belleza del espacio urbano, sino también sobre la
lectura poco clara que tienen los individuos del mismo, dificultando la
identificación del habitante con su ciudad.
Una ciudad
con contaminación visual denota un estado con falta de política para la ciudad,
con una regulación deficitaria o inexistente del espacio público y privado. Así
las ciudades se convierten en escenarios de millones de decisiones individuales
despreocupadas por su entorno, que conviven formando un caos difícil de
asimilar por el ojo humano.
Para
el Ecologista Francisco Charros Burgos la Contaminación Visual es la alteración
visual de la imagen y fisonomía del entorno urbano causada por acumulación de
materia prima, productos, desechos, abandono de edificaciones y bienes
materiales, así como, violación en las densidades y características físicas de
publicidad Generalmente los entes de control urbano definen a la contaminación
visual como toda forma de interferencia que pueda generar un mensaje visual o
su estructura portante que impida ver, distorsione o desdibuje la visión de otros
mensajes o de cualquier componente del entorno.
Según la
enciclopedia “Ecología verde” la Contaminación Visual es todo aquello que
afecta o perturba la visualización de una determinada zona o rompe la estética
del paisaje. El cerebro humano tiene una determinada capacidad de absorción de
datos que se ve rebasada por la cantidad de elementos en el paisaje. Las causas
de este tipo de contaminación son: vallas publicitarias, tráfico aéreo,
cableados, antenas de televisión, parabólicas, pararrayos, basuras o
vertederos, grafitis, edificios deteriorados, redes de distribución eléctrica,
exceso de señales de tráfico o incluso molinos eólicos. Sus consecuencias
son diversas: accidentes ocasionados por obstrucción visual al conducir,
trastornos de atención, estética paisajística afectada, alteraciones del
sistema nervioso, estrés por saturación de elementos y colores, dolor de
cabeza, mal humor y disminución de la eficiencia laboral. Algunas soluciones
para combatirlas son entre otras: reducir la cantidad de anuncios y hacer un
seguimiento de normas urbanísticas, evitando elementos agresivos o recargados.
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